jueves, 17 de julio de 2014

TU DESTINO ES TUYO


¿Qué hemos hecho para merecer esto? Es una pregunta que nos suele asaltar cuando las cosas no salen como queremos, cuando el destino, la fortuna o como se quiera llamar, no se alía con nosotros y nos da continuamente bofetadas en la cara, cuando no puñetazos, dejándonos tocados en la moral y el ánimo. Es normal perder la motivación que un día tuvieras, perder la seguridad en ti mismo, perder lo que un día te caracterizó y que pienses lo que todos hemos pensado alguna vez. ¿Para qué estoy aquí? Yo al menos me lo pregunto cada día.

Hace poco murió una persona que era como una hermana para mi mujer. No voy a decir que le tuviera un cariño especial, pero sí debo reconocer que admiré su fortaleza, su moral, su lucha insistente por vencer esa mortal enfermedad que acabó con ella. Es cierto que no pudo con ella, es cierto que no venció la guerra a pesar de haber vencido varias batallas, pero lo que es más cierto es que no dejó de luchar hasta que ya no hubo más remedio y las fuerzas físicas no le acompañaron. Es un ejemplo, sin ninguna duda, de lo que debe ser la vida, un ejemplo de que, por muy mal que nos traten, por muy negro que veamos el futuro, siempre tenemos una posibilidad, si no es por nosotros, es por los demás. Si tu luchas, el de al lado tuyo, tu compañero, pareja, amigo, amante, hermano, padre o hijo, lucharán, porque eso es algo que se contagia, porque no hay nada más epidémico que una persona con una fuerza arrolladora y un sentido del humor que no discrimina a nadie y cuenta con todos para vivir y seguir adelante.

Así que cuando te preguntes: ¿Para qué estoy aquí?, puedes responderte algo tan simple como: Para vivir y dejar vivir. Para enseñar a vivir, para disfrutar de la vida, para ayudar a vivir, para sentir en nuestro ser los rayos de luz del sol, el viento, la lluvia, el frío y el calor que nos hace sentirnos vivos. Estamos aquí para aprovechar el momento, para luchar por lo que queremos, ya sea una persona, una cosa, una vocación, una manera de pensar o de sentir, o quizás una manera de ser y de vivir. Solo podemos luchar, la vida es así, las propias personas no nos lo ponen fácil, pero somos nosotros nuestros mayores enemigos. Luchad, seguid vuestro instinto, vuestro impulso más primario, tomad vuestros deseos, convertirlos en objetivos e ir a por ellos sin dilación, sin dudas, sin vacilar, sin dejar que nadie os arrebate vuestra ilusión por lo que, estáis seguros, es vuestro destino. 

Dicho esto os dejo, tengo que luchar por mi destino, por mi sueño, por mi futuro, tengo que ser un ejemplo de lo que digo, creo y afirmo con todo el peso de mi convicción. Haced lo mismo, no os dejéis llevar por otros, por el no puedo, el no tengo tiempo, el no estoy seguro. Si te gusta, si te atrae, si significa algo para ti, es lo que debes hacer, no lo dudes.

martes, 3 de junio de 2014

Mi opinión sobre el Rey y lo que se nos viene.

Los acontecimientos dados en estos días, no por históricos dejan de ser necesarios. Todos los reyes lo hacen, si tienen sentido común, todos los políticos deben ceder su puesto al siguiente más botado, todos los ídolos se pasan, todos tienen su momento y su declive. Sinceramente creo que es necesario, sin desmerecer lo que hizo en su día, sin dejar de creer que podía haber hecho más, sin dejar de honrar, a partir de ahora, su memoria, deseo que todo cambie para mejor, deseo que se haga un hueco para que el ciudadano opine, para que el pueblo, como supuestamente dice la constitución, pueda dirigir el país, pueda tener el poder que tanto nos otorgaron y que últimamente parece que es de boquilla y nada más.

El Rey campechano, así pasará a la historia, el monarca de la transición, el más cercano al pueblo, el que caía bien a buena cantidad de los ciudadanos del país que reinaba. Sin embargo no es suficiente, también hace falta que un gobernante de nombre, un jefe del estado, como figura de poder, tenga una función más allá de la de relaciones públicas. Creo que es necesario que el jefe de estado de este país esté bajo la supervisión del pueblo, que sea susceptible de ser cambiado cuando no haga las cosas bien, y que no cobre la millonada que cobraba con el resto de su familia. 

Así pues, creo que es hora ya de que hagan un referendum, que pida opinión al pueblo, que este decida lo que quiere y lo haga con conciencia de las consecuencias. Es hora de que los poderosos se acongojen, que se den cuenta que millones no pueden ser controlados por unos pocos. 

Así mismo creo que es hora de que tomemos la responsabilidad que nos corresponde, que nos demos cuenta de que no estamos solos, que el civismo, el compromiso y la lealtad a una patria pasa por una rectitud en el comportamiento y una solidez en la ética moral de cada uno. No podemos saltarnos las normas, las leyes y hacer la vista gorda cada vez que queremos favorecer a un amigo o familiar de ese amigo. No podemos pretender enchufar a gente incompetente para determinados puestos de trabajo, no podemos pretender favoritismos si no somos aptos, si no nos lo hemos ganada a base de trabajo y esfuerzo.

Sin duda nos podemos quejar de nuestros gobernantes, pero no seamos hipócritas, todos somos así, España es así y los españoles actuaríamos del mismo modo, al menos en una gran mayoría de casos, de estar en una posición privilegiada. Así que si nosotros no empezamos a cambiar, ¿cómo pretendemos que la situación cambie?. 

Dicho esto terminaré por asegurar que las cosas cambiarán, que el futuro será diferente, no sé si mejor o peor, pero hay algo que debemos retomar de un pasado tenebroso, hay que respetar la ley, hay que respetar las normas, hay que respetar a los ciudadanos y sobre todo, hay que respetar la libertad de cada uno, así como el poder que tenemos. Una vez seamos conscientes de estos puntos, quizás vayamos a mejor, quizás tengamos políticos honrados, quizás merezcamos un país mejor.

viernes, 25 de abril de 2014

El derrotismo no es el camino, pero que difícil que es.

Había veces en las que tenía fe, había veces en las que no podía más que pensar positivamente, no preocuparme y decirme a mí mismo que todo se iba a arreglar por si solo. Las cosas deben caer por su peso, por arte y gracia de la ley y la justicia, ya sea divina o humana. Últimamente, sin embargo, parece que no es así y que todo está apañado de tal manera que la justicia es una mera espectadora de los hechos sin mover ni un dedo por hacer lo que le corresponde, o como mucho, el dedo que mueve es para proteger a los que pueden pagar los intereses que les convienen.    

 Es triste tener este sentimiento de impotencia, tener la perspectiva desoladora de que nadie nos va a defender, nadie va a hacer nada por nosotros y dependemos de nosotros mismos para hacer valer la justicia. Para colmo de esta desazón, se suma que si te tomas la justicia por tu mano y castigas a aquel que te dañó, a aquél que te perjudicó de cualquier forma, eres tú el que acabará preso del peso de la justicia. Paradójicamente la justicia carece de corazón, carece de razón, carece de alma para distinguir, con un poco de criterio, lo que está bien o lo que está mal y los distintos niveles que hay entre medias con sus correspondientes y justas sanciones. Muy de vez en cuando atiende a amistades, atiende a intereses, atiende a influencias y deja de lado la rectitud y la imparcialidad de la que debería hacer gala.    

 Casos hay muchos, no voy a poner ningún ejemplo, seguro que cada cual tiene algo en su cabeza que le afecte más o menos. Yo vivo en un pueblo y no se ven tantas injusticias como en las calles de capitales y grandes ciudades, pero aún así siempre hay algún chanchullo, los políticos son políticos y en mayor o menor medida se ven atraídos por la lacra de la corrupción, o simplemente el execrable ejemplo del favoritismo hacia familiares.  

   En fin, quiero hacer llegar estas palabras a mi pueblo, y puede que a algunos más, para que tomen conciencia, que ningún político soluciona problemas si no les conviene, que para tener políticos honrados, los primeros honrados debemos ser nosotros. Ellos son españoles, y así somos en este país, solo cambiando la educación, cambiando la mentalidad, cambiando nuestra forma de ver la vida y de actuar, podremos cambiar el futuro al que estamos abocados si seguimos por el mismo camino. No votar no es solución, votar a otros es un primer comienzo. 

El bipartidismo es lo que quieren, porque se garantizan que unos u otros gobernarán, así que quitémosles esa seguridad, quitémosles el poder, arrebatando el apoyo que creen tener quizás nos hagan un poquito de caso y se planteen en serio lo que necesita el pueblo. 

sábado, 5 de abril de 2014

Día de Decepción.

Desisto de la esperanza que pudiera tener en que la cosa cambie, desisto de la fe en el pueblo español, en los españoles. Desisto de mi batalla verbal contra la injusticia y la dejadez. Hoy es uno de esos días en los que te das cuenta de que estás luchando contra algo muy superior a ti. Ni siquiera puedes compararlo con la ya trillada batalla de David contra Goliat, ni siquiera es comparable a una batalla improbable de ganar que termina con buen resultado. Me doy cuenta de que la única manera de hacer algo es estar al frente del cambio, estar en primera linea de la política nacional y ser capaz de llegar a la gente con un micrófono en las manos para hacer todo lo que los políticos hacen, es decir, nada por nosotros.

Quizás estoy siendo derrotista, quizás es demasiado pronto para mí y debería esperar otros fracasos más catastróficos, pero sin duda alguna pienso que lo que está en marcha solo puede pararlo una cosa, cosa que no es fácil de aceptar y mucho menos de contar. Necesitamos un golpe contundente y no precisamente de estado, necesitamos una revolución, necesitamos un líder carismático y honrado, bueno, más bien necesitamos una generación de líderes, ya que uno solo sería devorado por los lobos.

Es tan improbable que un hombre honrado llegue a gobernar como que Suárez hiciera lo que hizo. Fue esa aguja en el pajar, pero ya no hay más agujas que buscar ni que encontrar. De buena gana sería la cabeza de turco de un movimiento revolucionario si tuviera preparación y conocimientos con los que combatir, pero no es así. Solo soy un ciudadano que tiene las cosas claras, pero al que nadie escucha, pocos leen y ninguno hace caso. Es frustrante no poder hacer nada, o que lo poco que haces no sirve de nada. Es evidente que solo no soy nadie, pero tenía fe en que unidos podríamos conseguir algo. ¿Espero que alguien me haga ver que es posible? ¿O me dejo llevar por el colectivo general y no hago nada para evitar la debacle de un país? 

Necesito ayuda, necesito fuerza, necesito voluntad, necesito tantas cosas que no sé por donde empezar, así que, si puedo, empezaré por el principio, por mí mismo, por ser la persona que hay que ser, un ejemplo de honradez, de luchador y de honorabilidad para la causa de un país fuerte, bueno y rico en paz y democracia.

domingo, 30 de marzo de 2014

Se Fue Adolfo.


Se ha ido un héroe, se ha ido un tipo honrado, se ha ido un señor, un caballero, un valeroso defensor del ser humano. Se ha ido el ejemplo que nadie siguió, el político que fue traicionado, se ha ido el que marcó el camino del que otros se han aprovechado, sin seguir sus principios, sin respetar al ser humano. Se ha ido el que fue, es y será, nombre para la historia, duque para la eternidad, sincero y honesto pese a quién le pueda pesar. Y nadie de los que hay y de muchos que vendrán, sabrá llegar a la suela del zapato de esta figura sin par, nadie tristemente se puede comparar, porque ahora nos haría falta un líder con su integridad, con su razón, con su honradez y saber estar. Nos hace falta el humilde liderazgo de aquel que no quiere nada para si, si no todo para los demás. Aquel que antepone el bienestar del pueblo español, a su bolsillo, a su patrimonio, a su persona egoísta. Nos hace falta más de Suarez, nos hace falta más de Adolfo.